sábado, 25 de octubre de 2008

Sintesis del libro "Operación Masacre" contada a modo de Noticia

MATANZA INCOMPRENSIBLE QUEDA IMPUNE.

A las 23.30 horas del día 9 de Junio de 1956, la policía de la provincia de Buenos Aires allana una casa del barrio de Florida y detiene a doce civiles, por suponerlos implicados en la rebelión militar del general Juan José Valle contra el gobierno de facto del general Pedro Eugenio Aramburu. La ley marcial se promulga y difunde por radio con posterioridad al arresto de estas doce personas. En la madrugada del día siguiente, el comisario Rodríguez Moreno recibe la orden del jefe de Policía de la provincia de Buenos Aires, Desiderio A. Fernández Suárez, de ejecutar a todos los detenidos esa noche. Tiempo después se sabrá que lo único que estaban haciendo en ese lugar esos hombres, era estar reunidos para ver una pelea de boxeo y que de lo único que hubiesen podido ser acusados, sólo algunos de ellos, era de ser peronistas.

Transcurridas unas seis horas del allanamiento, los hombres detenidos fueron llevados en un camión de la Unidad Regional de San Martín al basural de José León Suárez para proceder a su fusilamiento. De los doce hombres que fueron llevados allí, dos de ellos lograron saltar del camión en el que eran transportados y huir. De los diez restantes, cinco murieron y cinco lograron sobrevivir en el fusilamiento, quedando uno de ellos herido en la cara y el brazo. El nombre de este último hombre es: Juan Carlos Livraga y es quien dio los primeros testimonios sobre esta matanza incomprensible.
Livraga logró escapar después del tiro de gracia recibido. Fue encontrado malherido por un policía de otra seccional y llevado hasta un policlínico, donde lo atendieron por sus heridas en la cara y el brazo. A las pocas horas, los policías que lo habían intentado fusilar lo sacaron del policlínico antes de que se le diera el alta y lo llevaron a una de las celdas del cuartel, donde vivió un nuevo martirio. Permaneció allí, sin atención médica y sin la posibilidad de masticar los pocos alimentos que le suministraban, debido a que tenía la mandíbula destruida por el tiro de bala recibido y a pesar de todo logró sobrevivir.
El único motivo por el que la policía lo mantuvo con vida fue que sabían que no era el único sobreviviente y, a menos que lograran encontrar a los demás, de nada servía volver a fusilar a Livraga, ya que seguirían quedando pruebas de lo ocurrido aquella noche y madrugada. Por otro lado, Livraga había logrado entregar a su familia, cuando lo habían ido a visitar al policlínico, el recibo otorgado por la policía cuando fue detenido. Este recibo era la prueba de lo ocurrido esa noche, pues evidenciaba que Juan Carlos Livraga sí había estado detenido en la Unidad Regional de ese Partido, hecho que la policía intentaba desmentir vehemente.
Cuando la policía se convenció de que había demasiados cabos sueltos y de que nada se ganaba haciendo desaparecer a Livraga, lo llevaron a la cárcel de Olmos, donde pasó dos meses, junto con otro sobreviviente al fusilamiento, Miguel Ángel Giunta. Rogelio Díaz, otro de los sobrevivientes del fusilamiento, pasó aún más tiempo en esa misma prisión. Mientras que Norberto Gavino, Reinaldo Benavidez y Julio Troxler se exiliaron en Bolivia y Horacio Di Chiano logró mantenerse escondido en Buenos Aires.
Los nombres de los cinco muertos en el fusilamiento de José León Suárez en la madrugada del 10 de junio de 1956 fueron: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Alberto Lizaso, Mario Brion y Vicente Damián Rodríguez. Con la muerte de estos cinco hombres quedaron dieciséis hijos sin su padre y cuatro mujeres sin sus esposos.
El caso llegó a la Suprema Corte de La Nación pero al tener que pasar la causa a la justicia militar, la masacre de José León Suárez quedó para siempre impune.



1 comentario:

adolfo dijo...

Interesante el formato de la síntesis , la obra es impecable es el icono de la creación de un estilo.